La casa ha tenido vocación artística desde 1949, año en que Ana Castillo, bailarina, coreógrafa, directora y maestra dedicada a la enseñanza de la danza, fundó la academia de ballet más antigua a nivel privado en México.
La planta baja de la casa donde vivían sus padres, albergó al entonces llamado Centro de Iniciación al Arte con un plan de estudios profesionales, basado en el Sistema de la Real Academia de la Danza Británica que en 1953, reconoció a este centro como la primera escuela afiliada a esta institución hasta 1980.
Conocida entonces como la Academia de Balé de Coyoacán, en la que se inscribieron 770 alumnas, llegó a contar en 1973 con el grupo semiprofesional Balé para todos, cuyas presentaciones se realizaban en el pequeño teatro con que contaba la Academia.
Este foro que conserva hoy las dimensiones arquitectónicas con que fue construido, reabrió sus puertas a principios de 2009, al elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro.